EUROPA
PRESS
10 diciembre
2018
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consejos para evitar la pérdida de movilidad en los más mayores
El ejercicio físico disminuye la
morbimortalidad y en consecuencia incrementa la longevidad de las personas.
Además, la prescripción de ejercicio en las personas mayores debe consistir en
ejercicio aeróbico, entrenamiento de fuerza, balance y flexibilidad.
Desde todos los niveles sanitarios, pero sobre todo desde
atención primaria, se debe motivar y aconsejar la realización de un plan de
ejercicio regular y de modificaciones dietéticas, según advierten desde la
Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG).
Precisamente, recientemente ha salido publicado un estudio
del 'Journal of the American Geriatric Society' que pone de relieve la
necesidad de que las personas mayores conserven su movilidad. Según defiende,
la movilidad da autonomía a la persona y facilita su vida diaria, retrasa su
pérdida de capacidades físicas, cognitivas y funcionales.
En este sentido, en una entrevista con Infosalus, el geriatra
Beltrán Carrillo, destaca que la movilidad no sólo es básica en la tercera
edad, advierte de que también lo es durante la infancia, adolescencia y edad
adulta. "La gente no se da cuenta del efecto preventivo de la movilidad a
largo plazo. Incluso si no nos movemos o mantenemos una movilidad llegaremos
peor a la edad geriátrica", subraya el responsable de la Clínica del
doctor Carrillo de Madrid.
Aquí recuerda que la Organización Mundial de la Salud (OMS)
aconseja 180 minutos de ejercicio semanal de una intensidad moderada-severa,
donde se haga un esfuerzo. No obstante, resalta que el anciano debe adecuar el
ejercicio que realice a su situación física y mental y a sus capacidades
funcionales.
Además, indica que hay que tener en cuenta las enfermedades
que presente el anciano y por ejemplo si tiene artrosis, que es muy limitante.
De hecho, subraya que un artículo reciente pone de
manifiesto lo importante que es el ejercicio ya que se ha podido relacionar la
práctica de éste con hasta un 15% de reducción de riesgo de cáncer de mama. Eso
sí, recalca que debe tratarse de un ejercicio progresivo, no de repente hacer
mucho, así como mantenido en el tiempo. "Todos los días hay que hacer
algo".
A su juicio, es fundamental que una persona mayor se
esfuerce por conservar la movilidad porque si una persona deja de moverse, la
inactividad le lleva a una pérdida muscular.
"Si una persona se queda quieta en la cama pierde entre
1-3% de masa muscular al día. Sobre todo en personas mayores al dejar de
moverse se convierten en ancianos frágiles a los que cualquier agresión de
cualquier tipo puede perjudicarles, aparte de presentar en consecuencia un
mayor riesgo de torpeza, caídas, fracturas, así como menos resistencia a la
enfermedad", lamenta.
En este sentido, el doctor Carrillo lamenta que una persona
que no está en forma física cualquier agresión le puede proporcionar muchas
complicaciones que en ciertas ocasiones pueden derivar más fácilmente en la
muerte del paciente. "Sin embargo, si está en forma puede resistir mejor a
una situación estresante como un infarto o una neumonía", remarca el
experto.
A su vez, alerta de que el inmovilismo puede favorecer la
aparición de úlceras por presión, escaras, síndrome confusional, o
incontinencias, por ejemplo. Asimismo, llama la atención sobre el hecho de que
la pérdida de movilidad lleva a una pérdida de la capacidad funcional del
individuo, que le impedirá realizar las actividades básicas del día a día.
"Una persona con poca movilidad previsiblemente necesitará vivir con algún
soporte familiar o con algún cuidador", señala Carrillo.
Otro dato importante que resalta es que el músculo es un
órgano capaz de crecer siempre, incluso en los nonagenarios. "A cualquier
edad somos capaces de mejorar nuestra capacidad muscular, lo que lleva a una
mejor coordinación del equilibrio, o a una mayor estabilidad para evitar las
caídas, primera consecuencia más inmediata de que una persona presenta una baja
capacidad física", remacha el doctor Carillo.
Por todo ello, aporta esta serie de consejos para prevenir
esa pérdida de movilidad en las personas más mayores:
1. No dejar de
moverse. "Moverse es tan importante o casi tan importante como la
medicación. Hay que realizar ejercicio físico de forma regular. Basta con andar
a un cierto tiempo y a una determinada velocidad", precisa.
2. Mostrar el
beneficio rápido de la movilidad en aquellos que la hayan perdido, incluso en
las condiciones de salud más extremas.
3. Que el ejercicio
siempre sea progresivo, y adecuado. Que haya sido supervisado previamente por
un especialista. "Empezar con distancias cortas e ir prolongándolo poco a
poco. De esta manera siempre se llegará poco a poco a más. Si se mide el
esfuerzo físico y el tiempo y se prolonga cada día un poco más, a poder ser
diariamente, se verán los beneficios rápidamente", defiende.